hazlo sin miedo, pierde la compostura
si es necesario.
Trencemos lo que segaste, alcemos
a lo alto la coleta de los pensamientos
inconscientes.
Trencemos los instantes , contémonos
los momentos de lujuria contenida
esas aladas sombras que acompañaron
las horas.
Olvidemos el pulular de los miedos.
Animemos al remero a volver,
al peregrino a quedarse esta noche,
trencemos, una vez más, el hilo
que brilla,
que brilla y anuda nuestras esperanzas,
las de ser ahora aunque sea tarde.
Recitemos el rosario
de las descorazonadoras
horas, cuentas de negro ónice.
Ahora.
Recemos la oración de la piel,
lleguemos al final del mundo
arrodillados
uno frente a otro,
yo frente a ti,
tú frente a mi,
nuestras frentes chocando,
horadando la membrana
de la noche,
que separa,
que oculta los rostros resignados
con su olor a humedad
y a labios perdidos.
ana
"DEATH and REBIRTH",suite para Violoncello (J.S.Bach)
¿DÓNDE?¿Me extravié en la fiebre?
¿Detrás de las sonrisas?
¿Entre los alfileres?
¿En la duda?
¿En el rezo?
¿En medio de la herrumbre?
¿Asomado a la angustia, al engaño, a lo verde?...
No estaba junto al llanto,
junto a lo despiadado,
por encima del asco,
adherido a la ausencia,
mezclado a la ceniza,
al horror, al delirio.
No estaba con mi sombra,
no estaba con mis gestos,
más allá de las normas,
más allá del misterio,
en el fondo del sueño,
del eco, del olvido.
No estaba.
¡Estoy seguro! No estaba.
Oliverio Girondo.