En el hielo de las palabras
que únicamente el calor de tu boca
es capaz de deshacer,
allí, en su centro surge el Gesto,
como núcleo indisoluble,
inderrocable, haciendo que todo
sea distinto.
Mi boca sedienta bebe el agua
de tu hielo de palabras.
¿Qué agua me hidratará cuando no estés,
cuando no hables, cuando no me abras
las puertas líquidas de tu boca?
¿Qué fluido surgirá del silencio
del hermético susurro, del despiadado
verbo?
¿Manará sangre
de las grietas de los labios
que ya no me besan,
que no lamen las palabras?
que únicamente el calor de tu boca
es capaz de deshacer,
allí, en su centro surge el Gesto,
como núcleo indisoluble,
inderrocable, haciendo que todo
sea distinto.
Mi boca sedienta bebe el agua
de tu hielo de palabras.
¿Qué agua me hidratará cuando no estés,
cuando no hables, cuando no me abras
las puertas líquidas de tu boca?
¿Qué fluido surgirá del silencio
del hermético susurro, del despiadado
verbo?
¿Manará sangre
de las grietas de los labios
que ya no me besan,
que no lamen las palabras?
Sangre coagulada
los cubrirá entonces,
sequedad de esparto
al besar tu boca.
ana