Podría mirar tus ojos cuando la mañana se sosiega
peregrinar tus lugares infinitos y asomarme.
Decidir cada descanso, cada mirada ciega
y volverme de tu espacio, hermitaño.
Podría resentirme de tu herida abierta,
caminar tus senderos y quejarme.
Convivir cada dolor, cada mudanza siniestra
y dejarme perecer,
mortal distancia...
Ana.
El cuadro: "Emma" (EMMA HAMILTON), de Elisabeth L.Vigée Le Brun