He escuchado la marea incitando
mi rostro encarado a la costa,
sumergido en la sal del aire
ha sonado en la rompiente un quejido
han sonado
la ausencia y el desamparo.
Ha rugido el futuro
incierto hasta el cansancio
ha dejado su escarcha sobre la arena mojada.
Me he vuelto pequeña, rugida,
abandonada al silencio que surca
cada camino de mi agua,
y ha sido solo la luz interior, el silencio,
la aleación de la verdad y mi soledad
la que ha materializado esta sonrisa tonta que ves.
ana