...................................El cuadro: "Amantes" 110, de Nicoletta Tomas
Del mismo modo que el hambre o necesidad de alimento es saciada con comida, para subsanar la necesidad de estimulación es necesario, e incluso imprescindible, que la persona sea tocada y reconocida por los demás. A la unidad de contacto o reconocimiento la llamaremos, "caricia" que se define como "cualquier acto que implique el reconocimiento de la presencia de otro" o dicho de otro modo, es cualquier estímulo social dirigido de un ser vivo a otro y que reconoce la existencia de este.
Las formas más esenciales y efectivas de estímulo sensorial las proveen el contacto social y la intimidad física.
Ser abrazados, acariciados, abrigados, alimentados... alentados, elogiados. Incluso si esto no es posible, ser al menos agredidos o compadecidos ya que cualquiera de estas acciones es una forma de reconocimiento hacia nosotros como seres interdependientes de un entorno social.
Tan importante es la necesidad de caricias, que las personas, a falta de caricias positivas y antes de no tenerlas de ningún tipo, prefieren buscar y recibir caricias negativas. Es decir, que es “mejor” ser rechazado, antes que ignorado. Los juegos psicológicos se juegan buscando, más o menos inconscientemente, dar una persona y recibir la otra, caricias negativas.
Vamos,
acaríciame con los ojos,
con las manos y
acaríciame con la voz
pausada,
calmada, a tientas
con tus gestos y tu cabello
dame tu boca
y tus caricias de olas
en mi piel de arena,
la caricia de sal
que al mar derrota.
Dame la tarde acariciando las horas,
el tic-tac de un reloj en cada ahora
el quedarme entretenida,
dormitando en las negras rocas
de tu pecho sediento de mareas vivas.
ana