Llego rendida, me tumbo, es un suave suelo para mis manos
que como autómatas escriben trazos ya previstos,
dedos ingrávidos pulsando las palabras del silencio
que no se atreven a nombrarse en alto,
tantas veces escritas, en borradores de la voz y el tedio.
Dan pasos acompasados la soledad y la noche...
Se detienen y piensan en el paradójico lecho
mirándose de soslayo, palabras sin necesarios verbos
que en ese mirar de reojo se tientan, atrevidas.
No se acomodan, se pierden en el espacio concreto,
se retuercen como rebeldes amantes buscando sexo
y dicen lo que quiero y lo que esconden proclaman,
desvelan anacrónicos deseos,
en su esperma de desconfianza.
...
Detrás de cada mensaje de este tablón de anuncios,
se citan la soledad y el tiempo,
y a su paso van arrancando de mi panel las notas
(como recados del día), de mi peculiar agenda,
como ladrón de adjetivos, que entra sin estar yo dentro
y se lleva mis cajas, con sus soles y sus sombras,
con todas sus "mariposas clavaditas" bajo el techo.. . .
...
Presbicia en imparable aumento,
¿qué fue lo que no viste en el borroso espacio?
siegas a veces las ganas, se encallan desilusión, desánimo,
y hasta el sabor del miedo.
Sabías de la fecha, de la hora, de este hoy,
de este ahora.
No hiciste previsiones para esta hambre, y para este sueño,
ni acopio de analgésico para este dolor de silencios,
sabiendo que dolería.
ana