Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: «No vayas a lastimarte», y también: «Cuidado con los escalones.» Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las de los cronopios hay una gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas
en su sitio.
Julio Cortázar de "Historias de cronopios y de famas"
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Ópera "Rinaldo", J.F.HÄNDEL.Se basa en el poema épico La_Jerusalèn_Liberada"(Gerusalemme liberata)/Torquato Tasso" Aria Lascia chio panga (Déjame que llore)
Toma de Jerusalén, Primera Cruzada, año 1100.
...Deja que llore
mi cruel suerte,y que suspire
y que suspire...por la libertad.
En mi caso los recuerdos conviven en todas las formas y tamaños. Hay puentes tendidos al pasado desde las paredes, desde las manos al techo, al vacío, en silencio y a veces a gritos. Un tejido de imágenes y objetos de cualquier especie. Hay montones de piedras por aquí y por allá, guardadas dentro de cajones, sobre las repisas, conchas de cualquier playa del mundo, borrones y cuentas nuevas. Cada una representa un momento importante de la mia vita. Aunque no siempre recuerdo de manera precisa qué momento fue ése, conservo las piedras y las conchas en el silencio del presente. Ellas no gritan. Pero tu piel y tus manos, tus ojos, tu vientre, no descansan en ningún altillo. Emergen paulatinamente del fondo de la vida como los ahogados. Aúllan de rabia y de ira por no tenerte.
Estás todavía por aquí dentro
en el centro,
abierto al mar como una ventana.
Con tu ruido de olas
con tu temporal y tu calma.
Estás como siempre, adherido a mi playa
estás adentro, en el centro de mi cerebro,
conservado,
antiguo, intacto, quieto, callado,
en el fondo del mar caliente
del recuerdo.
ana