Sem saber
porquê, guardei a tua imagem, e ando com ela
neste poema que sabe o teu nome, sem nunca
o dizer...
Nuno Júdice
La hierba que rodea los bancos tiene siempre
el color del otoño. Próximas, las palomas
conviven en silencio acostumbrado
a un vaivén de miradas extranjeras.
Leo versos de Nuno Júdice. Él las observa
desde un café da Baixa, aunque miramos ambos
la misma ciudad, siempre sostenida
por tejados cercanos,
como quien necesita de la sombra
para guardar secretos.
Quizá por eso callo,
una vez más, tu nombre.
José Ángel García Caballero: Llaves olvidadas, ed. Renacimiento, 2010.
(La luz incomoda cuando es excesiva)