Es imposible imaginarse Lanzarote tal y como es hoy sin César Manrique. Era pintor, escultor, arquitecto, ecologista, conservador de monumentos, consejero de construcción, planeador de complejos urbanísticos, configurador de paisajes y jardines.
Quienes conocían a Manrique sólo superficialmente ignoraban la carga de puritanismo que ordenaba su conducta. Manrique fue realmente un hombre frugal; no bebía alcohol, no fumaba ni permitía fumar junto a él,se acostaba regularmente muy temprano, y madrugaba, comenzando muy pronto su trabajo en el estudio.
Quienes conocían a Manrique sólo superficialmente ignoraban la carga de puritanismo que ordenaba su conducta. Manrique fue realmente un hombre frugal; no bebía alcohol, no fumaba ni permitía fumar junto a él,se acostaba regularmente muy temprano, y madrugaba, comenzando muy pronto su trabajo en el estudio.
DECIA DESDE SU ESTANCIA EN N.Y.: "(...) más que nunca siento verdadera nostalgia por lo verdadero de las cosas. Por la pureza de las gentes. Por la desnudez de mi paisaje y por mis amigos (...)
Falleció a los 73 años en un trágico accidente de tráfico, el 25 de Septiembre de 1992, al lado de la Fundación, cerca de Arrecife. Las paradojas del destino determinaron que encontrara la muerte en un accidente automovilístico, cuando él detestaba la masificación de los vehículos.