Tus dedos ahora tienen las espinas del tiempo
amenazando tormento cuando los pienso,
antes con aquélla suavidad de uvas y de melocotón,
atardecer al que sucumbía
necesario abismo de cada lluvia,
sostenido viento en la ventana de la lujuria.
Tus manos eran el dulzor de un laberinto ciego,
de un suspiro tras los labios
el umbral hacia la puerta de lo oculto,
la salida, la puerta trasera en un incendio
el escape a mis miedos, la letanía de mis rezos
el arco de mi cuerpo acontecido de ti.
Tu boca en mi costado,
la pasión y el desgobierno de todas nuestras pautas,
de todas esas normas hechas
para los que aún no han encontrado la cruz de la ternura.
Tu carne dispuesta y aferrada a la madera de mi cuerpo,
el cielo oscureciéndose en tu pelo,
la noche clavada a nuestro lecho,
el techo de mi piel que ya no es mía,
que muere cada día por tus besos,
ansiada agonía, de pasión y luna llena en mi cielo.
ana
lunes, abril 18, 2011
martes, abril 12, 2011
TUS CUATRO ELEMENTOS Y UNA PREGUNTA
El aire que te viste y transfigura
el que te hace parecer lejano y triste
el que tapa cada uno de tus huecos y
me deja confundida,
ese que se pliega sobre el oxido de tus cadenas
y se arruga en tu garganta, collar de amarguras
del que me cuelgo.
El agua de tus palabras colándose entre mis dedos
y dejando en mis manos un sabor tibio y amargo.
La tierra que quedó escondida entre tus poros,
prendida y pegada a tus heridas aún sin cerrar;
Y por fin, el fuego,
que arde constante en tu mirada escondida,
tus lágrimas abrasan, su sangre quema y ciega
cualquier mano que se acerca a tus ojos
y pretende encontrarte entre tinieblas.
Dónde quedó el éter, suspendido,
la quintaesencia , tu energía oscura,
dónde, cuándo musitó el silencio a tus estrellas encendidas
y se expandió en el universo de tus culpas?
ana
Tous les matins du monde sont sans retour.
Tous les Matins du Monde - Leçons de Ténèbres
viernes, abril 08, 2011
SOMNI
En esta vuelta al silencio y a las pasiones sordas
en las que habitas, morada de un fantasma,
los oídos son pájaros desorientados
rozando el tímpano de la memoria.
Los límites difusos se agrandan en la noche,
corren despavoridos los inciensos carnales
hasta la frontera de un sueño de túnicas blancas.
Un silencio de bóvedas y dinteles
coronan la noche gótica de tu abrazo irreal
y cantan los coros de ángeles en mi piel desnuda
luego te me escapas del poema y del perfume
que aún suenan por la mañana.
No estarás,
pronto no llegarás,
y será el límite apagado de tu sueño
tan sólo una puerta en ruinas.
ana
martes, abril 05, 2011
CATHEDRAL
Conjuros de la memoria
No sé si un sol desmedido y burlón
me atravesará de punta a punta
cuando salten de mi pecho todos los gritos guardados
cuando se rompan las oscuridades
de mi perfecta catedral secreta
con el sostenido sonido del órgano medieval
ululando su voz de parto,
su alarido de queja y de tristeza.
Estoy como nací-desnuda-
mojada de lágrimas con el pelo chorreándome nostalgia
y un cansancio vetusto acomodado en mis huesos
y mientras me dejo ir en el humo,
viene su mano y me sostiene
y me levanta y me hace tronar de júbilo,
me zarandea las ganas de vivir,
me dice verde con ojos de monte
azul con el pelo espumoso de mar
estrella con las uñas brillantes
viento y sopla mi angustia y la desperdiga
y me hace nadar en el aire, retozar en los arroyos,
romper los relojes del tiempo,
borrar la huella de mis pequeños pecados
vueltos trascendentes por los oscuros designios
de su otro yo iracundo hermano de este duende iluminado
que me persigue en el sueño
en el que corro huyendo, siguiéndole yo a mi vez
juego de gato y ratón hasta que viene la lluvia
y la risa y volvemos a ser amantes helechos hojas atrapadas
en las correntadas de mayo y todo vuelve a empezar
cuando cruzamos lavados y nuevos
el umbral del paraíso.
Gioconda Belli
TARDE DE BRUJAS
Roja la sangre que no es ya roja, reliquia, muerte, pisadas hacia la oscura escalera, sin bancos su Aula Magna, sin profesor su atrio sagrado, sin luz, velas de llamas, veladas sin voces que agrandan un silencio claro que a las dos se apaga, sin un solo minuto en blanco, sin órgano, sin altares floridos, Magdalena ahogada en las aguas del olvido, casi sin aire, casi sin ti, sin titubeos, sin tu beso, rezo, al pie de un cañón y de un minúsculo verso que me guardo de nuevo, sin esfuerzo en el bolsillo de una camisa de fuerza bordada de oro muy fino, y mientras tanto, un beso queda adherido a su transparente brillo de por vida y sin certezas; afuera un helado de cerezas y un bombón aguardan junto a la taza de té y un tequiero a las cinco galletas de mantequilla y un ramo de narcisos que acompañan el bullicio a modo de orquestina, y vuelta al tren de las siete que se va poniendo el sol y tú te conviertes en bruja sin dientes, con prisa y en bicicleta con la melena al trote tras una marea subida de pobres turistas nudistas en esta playa del norte sin mar pero con barcos y puentes... y viceversa.
No sé si un sol desmedido y burlón
me atravesará de punta a punta
cuando salten de mi pecho todos los gritos guardados
cuando se rompan las oscuridades
de mi perfecta catedral secreta
con el sostenido sonido del órgano medieval
ululando su voz de parto,
su alarido de queja y de tristeza.
Estoy como nací-desnuda-
mojada de lágrimas con el pelo chorreándome nostalgia
y un cansancio vetusto acomodado en mis huesos
y mientras me dejo ir en el humo,
viene su mano y me sostiene
y me levanta y me hace tronar de júbilo,
me zarandea las ganas de vivir,
me dice verde con ojos de monte
azul con el pelo espumoso de mar
estrella con las uñas brillantes
viento y sopla mi angustia y la desperdiga
y me hace nadar en el aire, retozar en los arroyos,
romper los relojes del tiempo,
borrar la huella de mis pequeños pecados
vueltos trascendentes por los oscuros designios
de su otro yo iracundo hermano de este duende iluminado
que me persigue en el sueño
en el que corro huyendo, siguiéndole yo a mi vez
juego de gato y ratón hasta que viene la lluvia
y la risa y volvemos a ser amantes helechos hojas atrapadas
en las correntadas de mayo y todo vuelve a empezar
cuando cruzamos lavados y nuevos
el umbral del paraíso.
Gioconda Belli
TARDE DE BRUJAS
Roja la sangre que no es ya roja, reliquia, muerte, pisadas hacia la oscura escalera, sin bancos su Aula Magna, sin profesor su atrio sagrado, sin luz, velas de llamas, veladas sin voces que agrandan un silencio claro que a las dos se apaga, sin un solo minuto en blanco, sin órgano, sin altares floridos, Magdalena ahogada en las aguas del olvido, casi sin aire, casi sin ti, sin titubeos, sin tu beso, rezo, al pie de un cañón y de un minúsculo verso que me guardo de nuevo, sin esfuerzo en el bolsillo de una camisa de fuerza bordada de oro muy fino, y mientras tanto, un beso queda adherido a su transparente brillo de por vida y sin certezas; afuera un helado de cerezas y un bombón aguardan junto a la taza de té y un tequiero a las cinco galletas de mantequilla y un ramo de narcisos que acompañan el bullicio a modo de orquestina, y vuelta al tren de las siete que se va poniendo el sol y tú te conviertes en bruja sin dientes, con prisa y en bicicleta con la melena al trote tras una marea subida de pobres turistas nudistas en esta playa del norte sin mar pero con barcos y puentes... y viceversa.
ana
lunes, abril 04, 2011
BEST BEFORE...BÓREAS
El reloj del mundo siempre da la hora
puntual y desconcertado
en cada abismo de sus minutos
en el tictac de su memoria.
No abre ni cierra puertas,
adentro una luz dispersa e indefinida
acompaña su cadencia macabra;
el silencio de las horas enlatadas
del mundo a punto de caducar,
y tú, aún cenando la estupidez
te resignas
y te acuestas sin leer la fecha.
Alguien quiere que nos indignemos
y nosotros, nos acostamos a soñar con un cielo azul
mientras sopla un viento del norte
en nuestras cabezas de chorlito;
entretanto el suelo se llena de hojas
de conciencias secas, de frutos rancios.
Hessel nos quiere despertar pero el mando
nos lleva magnético a otro tipo de cadena,
la de la condena íntima, la del silencio,
la esperanza íntima y la ostracidad
esperando que sean otros
los que acumulen el cansancio de esta melodía
y por fin disparen al pianista.
ana
puntual y desconcertado
en cada abismo de sus minutos
en el tictac de su memoria.
No abre ni cierra puertas,
adentro una luz dispersa e indefinida
acompaña su cadencia macabra;
el silencio de las horas enlatadas
del mundo a punto de caducar,
y tú, aún cenando la estupidez
te resignas
y te acuestas sin leer la fecha.
Alguien quiere que nos indignemos
y nosotros, nos acostamos a soñar con un cielo azul
mientras sopla un viento del norte
en nuestras cabezas de chorlito;
entretanto el suelo se llena de hojas
de conciencias secas, de frutos rancios.
Hessel nos quiere despertar pero el mando
nos lleva magnético a otro tipo de cadena,
la de la condena íntima, la del silencio,
la esperanza íntima y la ostracidad
esperando que sean otros
los que acumulen el cansancio de esta melodía
y por fin disparen al pianista.
ana
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