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100 Poemas[Textos completos]
Konstantino Kavafis
POEMAS CANÓNICOS (1895-1915)
El cuadro: "Mujer leyendo una carta junto a la ventana abierta"1657: Gemäldegalerie, Dresden- Johannes Vermeer.
Un fractal natural es un elemento de la naturaleza que puede ser descrito mediante la geometría fractal. Las nubes, las montañas, el sistema circulatorio, las lineas costeras o los copos de nieve son fractales naturales. Esta representación es aproximada, pues las propiedades atribuidas a los objetos fractales ideales, como el detalle infinito, tienen límites en el mundo natural.
Los fractales aparecen más recientemente en el grabado "Pez y Escamas" del holandés Maurits Escher (1902-1972). Quizá el más famoso ejemplo fractal en el Arte sean las obras del pintor japonés Hokusai. De todos modos, debemos cuidarnos de no llevar la analogía fractal demasiado lejos, ya que los patrones de estos diseños tienen elementos fractales que sólo se reproducen un número finito de veces a diferente escala. Los fractales verdaderos, por el contrario, se repiten hasta el infinito y existen solamente en el ideal Platónico.
Estos dibujos, que aparecen en los cuadros de Leonardo da Vinci, y de Escher, han invadido la Matemática, la Física y la Química, sin mencionar la importancia que han alcanzado en la Informática, la Meteorología y hasta en la Medicina, entendiendo a los fractales podemos relacionarlos mejor y más con el mundo que nos circunda.
Alguno de estos fractales me evocan los dibujos que podían verse a través de mi caleidoscopio cuando era niña.
Mi memoria se fragmenta indefinida
como espejos enfrantándose al silencio
al prisma repentino de mi acaso
conquistando unas imágenes de ensueño.
Coloridos, simétricos, vayvenes
removiéndose traviesos en su centro
refulgen como espectros bajo el hielo
fractales como helechos , paulatinos.
ana
¡¡ FELIZ DIA DE SAN JORDI !!
No podemos pesar los sentimientos,
los archivos emocionales no pesan,
pero si ocupan un espacio en nuestro cerebro.
Inventariados recuerdos
de los que cuelgan etiquetas de papel
que se columpian irónicas sobre un cordel, empolvadas,
una fecha, un nombre, un lugar,
escritos a mano,
nos describen que hay dentro de ese paquete concreto.
Los paquetes se apilan en estanterías repletas.
Una escalera sirve de puente para cruzar a la orilla del recuerdo.
Y alli, en el otro lado te encuentro, una y otra vez.
Tu nombre escrito en muchos de esos pedazos
papel ajado por el tiempo, que se resiste a ser olvidado.
El tiempo me trae a rastras, jirones de ciudades en horas nocturnas,
reclama, ávidos filos que corten
los cordeles que atan las tentaciones con alfileres oxidados,
y nos dejen descansar sobre la mesa,
apoyar nuestra cabeza sobre el brazo,
sentir el calor de la bombilla en mi piel, hisopo calmante, y olvidar...
si es posible.
ana.