un deseo imposible que empieza
cuando el tuyo quizá termina,
un camino de ida y vuelta, o de vuelta y de ida.
Te pido amor, lo que no puedes darme,
y pierdo así, amor,
mi propio goce,
y en esa pérdida
el deseo renace,
por eso te pido amor, lo que no puedes darme.
Así tú lo quieres
y así se mantiene vivo.
Pido y pido, en un continuo fluir,
en una continua bobina que se enrolla
y que en circular ovillo, es un túnel sin final,
que me agota y me derrota, y que vuelve a empezar.
Mi deseo viaja en ese túnel del tiempo,
deseo y demanda en asientos contiguos,
completándose siempre, en un viaje simétrico
topándose en la distancia siempre contigo,
fantasma y muro que separa
mi deseo y mi goce en esféricas mitades,
que se acoplan, se completan, se tutean, se adosan,
en lacaniano toro, en genial corona.
ana
Objetos Perdidos
Por veredas de sueño y habitaciones sordas
tus rendidos veranos me aceleran con sus cantos
Una cifra vigilante y sigilosa
va por los arrabales llamándome y llamándome
pero qué falta, dime,
en la tarjeta diminuta donde están tu nombre,
tu calle y tu desvelo
si la cifra se mezcla con las letras del sueño,
si solamente estás donde ya no te busco.
Julio Cortázar.
Mendoza, Argentina 1944