En los estrechos pasadizos que conducen
por el infinito invierno, te encuentro escondido
en el oscuro zaguán del pasado;
Como a punto de irte, me sonríes desde la penumbra
pareces saber que la edad se nos descompone
y lo que declina nos baña el rostro de una nostalgia infinita.
Lo sé,
sé que una vez la suerte te retuvo en su regazo,
que el número catorce se ató a tus manos
pero luego se marchó.
Desde entonces el silencio cose tus labios
y son únicamente tus dedos quienes hablan de estrellas mudas,
del lento palpitar de tu dolor.
Ahora, el otro, te bautiza
nunca más nadarás el río de agua pura y cristalina
cuya corriente era, el dulce viaje.
Nadar es lucha agotadora que te deja sin voz,
sin aliento,
es el recodo de la soledad un alivio,
un consuelo para el alma que se aletarga
es el aire que respiras, el amor que a bocanadas calma
el dolor y la fiebre de esta vacía existencia.
Son las estrellas del dolor quienes iluminan la noche
y enmudecen las oscuras horas de tus días.
ana
lunes, diciembre 08, 2014
A LITTLE DREAM OF ME
con optimismo y esperanza de un cambio que es posible.
Un abrazo,
ana
domingo, noviembre 09, 2014
LA NOCHE
Llega el mensajero, sus manos llenas de poesía,
callado, al encuentro de silencios y luces,
abarca nuestros ojos con sus manos y nos vence
con su adormidera milagrosa, con sus aceites divinos.
Trae las manos llenas de presagios sin tiempo
de espíritus que vuelan, de misterio.
Yo, le pertenezco igual que pertenece el espacio al tiempo,
igual que pertenece la oscuridad a la noche.
Su sagrado mensaje, es caricia lenta,
es bálsamo caliente como la melancolía.
Abro mi corazón a su melodía
hechizante y seductora, a su amor prohibido,
entregándole el alma sin resistencia.
ana
martes, octubre 21, 2014
LA HORA
Minuciosa como la lluvia limpiando el día
llenando la sed del rostro de sonrisas,
de pájaros y de memorias.
Encendiendo el gesto con la luz del blanco
que nos salva.
Así, sencillo el verso llegará desde lo profundo
arañando las verdades a medias que se clavan,
llegará hasta las manos y hasta los ojos.
Llegará ahuyentando pájaros dormidos;
sus cabecitas escondidas bajo el plumaje.
Habrá llegado al fin la hora de mirarnos
la hora de dejar morir las palabras ebrias
que pronunciaron el blanco dormitar
de las memorias
y el negro despertar del recuerdo.
y el negro despertar del recuerdo.
ana.
Mientras que la marea sube Y cada quien rehace sus cuentas Llevo al hueco de mi sombra El polvo de ti. El viento se lo llevará Todo desaparecerá, pero El viento nos llevará.
Mientras que la marea sube Y cada quien rehace sus cuentas Llevo al hueco de mi sombra El polvo de ti. El viento se lo llevará Todo desaparecerá, pero El viento nos llevará.
lunes, mayo 19, 2014
DESHIELO, I love the way you lie
Hace falta dejar atrás, hace falta la locura de soñar y soñar
Ocurre que no sabes cuando despertar y sobrevivir a tanta osadía
Se me ocurre disparar el arrebato de mis ojos y mis pobres palabras
sobre el pecho metálico del monstruo que no descansa y no implora.
Llora mi voz, llora la voz cansada y esparcida por la playa
de la vida,
tantas veces recorrida y bañada y bañada y bañada...
mar arriba, y retiradas las aguas de cada avenida
solo queda el deshielo insufrible de la nostalgia.
ana
Ocurre que no sabes cuando despertar y sobrevivir a tanta osadía
Se me ocurre disparar el arrebato de mis ojos y mis pobres palabras
sobre el pecho metálico del monstruo que no descansa y no implora.
Llora mi voz, llora la voz cansada y esparcida por la playa
de la vida,
tantas veces recorrida y bañada y bañada y bañada...
mar arriba, y retiradas las aguas de cada avenida
solo queda el deshielo insufrible de la nostalgia.
ana
domingo, abril 20, 2014
ADICTA A TI
Recuerdas amor, la luz en el Arno?,
el resplandor en el cauce oscuro y su lento pasar?
Las piedras mojadas de luz, sus riveras cautelosas
y la imaginada Bice dominando la tarde de mayo,
¿recuerdas?
Sostenía la brisa el aroma perdido,
pero el aire al fin recuperaba
la donna angelicata desde el olvido
para nosotros, para acallar el quejido
que manaba de nuestros corazones a oscuras
en las puertas de aquella nueva vida
y aquel amor que nos elevaba.
ana
el resplandor en el cauce oscuro y su lento pasar?
Las piedras mojadas de luz, sus riveras cautelosas
y la imaginada Bice dominando la tarde de mayo,
¿recuerdas?
Sostenía la brisa el aroma perdido,
pero el aire al fin recuperaba
la donna angelicata desde el olvido
para nosotros, para acallar el quejido
que manaba de nuestros corazones a oscuras
en las puertas de aquella nueva vida
y aquel amor que nos elevaba.
ana
lunes, marzo 31, 2014
FORGIVE ME
Poema El Recuerdo
de Samuel Taylor Coleridge
…El heno removido y los primeros frutos,
el heno removido y las mieses de un campo
dicen: se fué el estío. La digital, muy alta,
esparce campanillas de púrpura en el viento,
o cuando se remonta, rozándola, una alondra
o se posa un pinzón en su tallo. El rosal
(en vano predilecto de amores complacidos)
yérguese al modo de una belleza de otros tiempos,
con las espinas, pero se fueron ya las rosas.
Ni logro hallar, en mi paseo solitario,
junto a fuentes o arroyos o en húmedo camino,
la flor azul que brilla, mirando, en la ribera
y es gema de esperanza: el dulce nomeolvides.
Mas no han de marchitarse las flores que Emelina,
con dedos delicados, en la nevada seda
trazó ( bien sabe ella que son mis predilectas),
ni, más querido aún, su cabello de ámbar.
Versión de Màrie Montand
Mira,
se escapan los momentos que en el borde del invierno
resistieron a los fríos,
mira cómo nos miran estos pequeños gorriones
tan alegres que parecen refrescar el viento
y pintarlo de alegría.
Mira si puedes, como abandona este invierno
la cornisa de mi ventana y se llena la mañana
de brotada primavera,
mientras,
callan las últimas nieves en las montañas.
¿No ves cómo mis dedos florecen de nuevo
al calor tibio de este silencio azul
y me llenan tus palabras antiguas de placer?,
cómo escucho el zumbido de tus mariposas nocturnas
y es su canción como un arrullo en las noches?
Mira,
no puedo dolerme, lo sé,
pues no existes más que aquí dentro,
en el estúpido milagro que elabora esta alegría de estar viva
y estar aquí, y saberte
bajo el manto del recuerdo constante
y machacón,
como un estribillo que no puedes dejar de cantar,
de decir, de rezar.
Así estás todavía, por aquí,
en la vereda de mis andares,
y yo, sembrando flores azules
para que no me olvides.
ana
de Samuel Taylor Coleridge
…El heno removido y los primeros frutos,
el heno removido y las mieses de un campo
dicen: se fué el estío. La digital, muy alta,
esparce campanillas de púrpura en el viento,
o cuando se remonta, rozándola, una alondra
o se posa un pinzón en su tallo. El rosal
(en vano predilecto de amores complacidos)
yérguese al modo de una belleza de otros tiempos,
con las espinas, pero se fueron ya las rosas.
Ni logro hallar, en mi paseo solitario,
junto a fuentes o arroyos o en húmedo camino,
la flor azul que brilla, mirando, en la ribera
y es gema de esperanza: el dulce nomeolvides.
Mas no han de marchitarse las flores que Emelina,
con dedos delicados, en la nevada seda
trazó ( bien sabe ella que son mis predilectas),
ni, más querido aún, su cabello de ámbar.
Versión de Màrie Montand
Mira,
se escapan los momentos que en el borde del invierno
resistieron a los fríos,
mira cómo nos miran estos pequeños gorriones
tan alegres que parecen refrescar el viento
y pintarlo de alegría.
Mira si puedes, como abandona este invierno
la cornisa de mi ventana y se llena la mañana
de brotada primavera,
mientras,
callan las últimas nieves en las montañas.
¿No ves cómo mis dedos florecen de nuevo
al calor tibio de este silencio azul
y me llenan tus palabras antiguas de placer?,
cómo escucho el zumbido de tus mariposas nocturnas
y es su canción como un arrullo en las noches?
Mira,
no puedo dolerme, lo sé,
pues no existes más que aquí dentro,
en el estúpido milagro que elabora esta alegría de estar viva
y estar aquí, y saberte
bajo el manto del recuerdo constante
y machacón,
como un estribillo que no puedes dejar de cantar,
de decir, de rezar.
Así estás todavía, por aquí,
en la vereda de mis andares,
y yo, sembrando flores azules
para que no me olvides.
ana
domingo, marzo 02, 2014
...
Ciegas como luz a la que se mira fijamente
vuelves, regular como los solsticios a mi mente diminuta.
Escoges el silencio de las piedras,
el color de cualquier gema,
el sabor mineral del recuerdo.
Me recoges
como las moradas de piedra
recogen el eco del silencio de la noche,
manas
bajo el cortinaje de mi piel
como lo hace el agua de las escorrentías
que fluyen
bajo tu peso de sabio.
ana
vuelves, regular como los solsticios a mi mente diminuta.
Escoges el silencio de las piedras,
el color de cualquier gema,
el sabor mineral del recuerdo.
Me recoges
como las moradas de piedra
recogen el eco del silencio de la noche,
manas
bajo el cortinaje de mi piel
como lo hace el agua de las escorrentías
que fluyen
bajo tu peso de sabio.
ana
domingo, febrero 16, 2014
AQUELLAS NOCHES COMO GOLPES
Hay noches como golpes en la garganta
como aludes de nieve en los ojos abiertos
hay instantes, que el dolor se entreabre paso en las entrañas
y se instala desmedido.
Se entresacan fuerzas como doradas fibras
con las que trenzar un silencio y quietud infinitos
para dejarse deslizar corriente abajo descalza
y con el vestido adherido a las penas mojadas.
Hay golpes en el silencio y en la distancia
que renombran el dolor y la tristeza;
hay montañas que separan,
corrientes que se aceleran,
surcos y grietas por las que asoman las penas.
Hay espacios oscuros con musgos y quimeras,
enardecidas pasiones ocultas por la maleza;
y hubo sobretodo,
muchos espacios en blanco que no llenaron nuestros poemas.
ana
como aludes de nieve en los ojos abiertos
hay instantes, que el dolor se entreabre paso en las entrañas
y se instala desmedido.
Se entresacan fuerzas como doradas fibras
con las que trenzar un silencio y quietud infinitos
para dejarse deslizar corriente abajo descalza
y con el vestido adherido a las penas mojadas.
Hay golpes en el silencio y en la distancia
que renombran el dolor y la tristeza;
hay montañas que separan,
corrientes que se aceleran,
surcos y grietas por las que asoman las penas.
Hay espacios oscuros con musgos y quimeras,
enardecidas pasiones ocultas por la maleza;
y hubo sobretodo,
muchos espacios en blanco que no llenaron nuestros poemas.
ana
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