La semana pasada hablaba con Joaquín en "Atalayarte" (afuera el temporal de mar levantaba las olas y millones de gotas de sal hacían brillar los cristales). Se hacía de noche.
Le comentaba mi afición por la poesía, el mundo de los blogs...
Su gesto tranquilo invita a conversar, sus manos tranquilas,
su voz pausada, su "mirada" limpia.
Me prestó alguno de los libros de poesía que escribió: este de 2005
esta lleno de tempos, bellos pasajes y reconstrucciones interiores
en busca de la cordialidad humana y el equilibrio personal.
Hoy mientras leía uno de ellos en el recorrido a través de la linea
infinita que lleva al placer de la lectura de algunos poemas
sopesé de pronto qué poca importancia tienen algunas cosas.
PUEDE SER TU PROPIO YO
Tuviste que esperar hasta que el golpe
partiera tu corazón, lo despojara,
y te obligara a mirar con sus palabras.
A su pesar, con ellas sobrevives,
al menos lo has tratado,
mientras respira tu sangre sin hundirse.
Pero al final, como todos,
arribas a una sola conclusión:
de todo lo posible, lo imposible,
la verdad y los deseos,
te resta, únicamente, húmedo, vacilante,
este mapa manchado
que te supera y no recuerdas.
Son las suyas páginas vertidas
no sabes para quién,
para gente que no viste,
o que te amó y amaste, o no,
para vientos que imaginas,
pues obra y colofón
ya te alcanzaron: rendir cuentas,
contar los céntimos finales,
apagarte con ellos,
lograr que el olvido te apetezca,
abrir los cajones donde tus cosas aguardan
y ver con regocijo
que el mar ha entrado en ellos
y todo lo ha inundado.
Qué otra cosa pedir
si eso es todo,
y nada más.
Joaquín Marta Sosa
Poesía completa
"Los barcos de la memoria"
"Que lo más grande de que dispone el hombre, es el hambre de conocer. Que abrir un libro es abrir las alas, sobre las cosas que nunca acabas de poseer"...