Cierro los ojos,
como presagio de una noche fresca
una suave brisa asciende por las colinas
y recoge mi abstracto pensamiento.
Vago en la silente tarde de Fiésole,
tra di noi,
testimonio de ti y de mí,
sus piedras que aun supuran amor
meditan también sus silencios moribundos.
Aúlla el día, sufre la noche,
chiudo gil occhi, como tú sabes,
para leer en esta malinconía
el texto de la tristeza
que aúlla como una loba perduta.
ana