exultante
teñir de claridad los jirones oscuros
de la adormidera muerta del pasado.
Sucumbir por fin al destello de la palabra
y entresacarla de la maleza.
Construir la ventana abierta y
llenarme de aurora así, con el pecho
de par en par abierto, entonar
con el crepúsculo la faz de sus letras
dejando paso a su arco iris.
Recibir y morar en su elevado espectro
estrechar con las manos su blancura
hasta trenzar el poema,
beber de la luz de su secreto.
Respirar en su luz.
ana
Ungida en blando rocío
despierta amorosa el alba,
tímida beldad que en sueños
su amante, el Sol, busca y llama:
claros sus ojos azules
de luminosas pestañas,
al beber luz en los cielos,
la luz al suelo derraman.[...]
POESÍAS
ANTONIO ROS DE OLANO