se extingue lo que del lenguaje
también te ha retirado con un gesto,
lo que dejabas iniciarse como
la danza de dos palabras sólo hechas
de otoño y seda y nada.
Paul Celan: Ciégate
Lo que es,
lo que fue importante para mí
veo que no lo fue para ti,
siento una gran pérdida por ello,
creo que te he perdido, que te perdí,
que he perdido todo,
mi secreto,
aquel truco para evadirme de la soledad,
la ilusión.
El fantasma del deseo,
y tú,
habéis huido por el camino
de la libertad y el derecho a ser.
El alivio y la soledad,
la voz de mis lágrimas,
abriendo la puerta y diciendo adiós.
No soportamos enfrentarnos a nuestros deseos
por eso los reprimimos, ¿no es así?
Verdad descolocada o falsedad
como una mano, dos caras
un mismo rostro: el nuestro.
Me pregunto:
¿ te conoces a ti mismo?
Nos volvemos extraños, amigo mío.
La puerta del recuerdo, del dolor,
cerrada bajo siete llaves,
deja vacía la morada
y la piel vuelve a callar.
La vanidad se sienta en su trono
en su palacio de cristal,
pero el látigo nemesiano azota tu costado
y la sangre del lago no refleja más que un rostro oscuro.
Eco nos devuelve la pena...
la pena, la pena.
ana