[...]Es por la piel secreta, secretamente abierta,/invisiblemente entreabierta,/por donde el calor tibio propaga su voz, su afán dulce [...]
V.Aleixandre (del poema "Mano entregada")
Casi no brota el mar de tu lengua
en bajamar
recostada en tu boca
callada.
Se escucha el viento, aliento
de papel y de tinta soplando
ahuyentado al gigante
que llevas dentro.
Brota un aullido: mirada
de manada extinguida
de parientes lejanos
perdidos en la niebla.
Un pellizco de ternura
perturba cualquier noche:
pestañas que se apresuran
al encuentro,
y en las yemas,
su tacto curvo y resuelto
te devuelven un rostro
casi perdido.
Ojos que callan, aire que cesa,
lengua reseca
hueca y convaleciente.
Pestañas,
cárcel de las palabras que te faltan
porque no existen,
lector de silencios de ojos cerrados,
de hojas en blanco.
Allí también,
en tu cuello mojado de sudor
bajo el pelo inesperado, bajo la piel abierta
se agrupan como vértebras de tu idioma
la traducción de tus gestos,
los fragmentos, los vocablos en desuso
aquellos que saben decir lo que no me dices
y llegan como un mar que todo lo anega.
ana