Nada que a la tarde la sorprenda puede llegar a nosotros.
En este inventario ella sabe discernir
y agota todas las salidas con su devastación de sombras.
En el salterio donde reposamos las ilusiones
podemos dejar las raíces del tiempo y de la tierra,
la gran manzana roja expuesta a los deseos
y esa vena de sangre que nos une
a todos los que alguna vez amamos el misterio,
la magia, la geografía de otros cuerpos,
el perder nuestra boca en los silencios
y el dejar que nuestra alma se repose en un lago
donde otra la busca y la acaricia
sin tener que pedir nunca perdón…
pero aún así todos pagaremos nuestra deuda al caer la noche.
Poema envíado por FERNANDO SARRIÀ.
Cuadro: "Concentis" Tomasz Rut.