Como antes, en sueños claros de niño,
como antes, sobre una blanca nube,
como antes, tú y yo el sol encenderemos
y en la isla del recuerdo dejaremos caer la lluvia.
Quizás hace mucho tiempo que el sabor de un instante es capaz de emocionarme,
quizás hace algunos años que me embriago de ternura fácilmente.
Cuando puedo,
llega el batir de mis alas entonces.
Quizás conozco el sabor de ambos al unísono
y es, ese, el camino esbozado que cuando llega recorro.
Las melodías del recuerdo, ella y otros,
forman parte indisoluble de mi piel y mis ojos,
de mi camino a oscuras.
Un águila negra
busca mi rastro para seguirme desde lo alto
y blanquean las nubes en el espacio...
Sólo allí, tus ojos negros y mis manos
se convocan a menudo en un poema.
ana