Ah!, cómo suena todavía el trueno en la garganta,
cómo se hincha mi lengua cuando te pronuncio.
Se escabullen las letras de tu nombre
intentando defender su morada en mi boca.
Cómo buscan su suelo de plata y su techo de sal
habitan diminutas,
intangibles, incansables...
Flores de tundra, temerosas, florecen
mis palabras al ya débil sol de las tuyas.
Las recito,
rosario de mantras sintéticos
que aprendí
casi de memoria.
Se descalza la paciencia benévola,
irrumpe el viento en su caverna antigua
ríos de agua y azufre corren por mis venas
y la suma total de mis miedos aviva aún esta hoguera.
ana
miércoles, septiembre 19, 2012
lunes, septiembre 10, 2012
EN LOS LÍMTES DE ARKHÉ
El poema es mayor que todos sus significados posibles. José Ángel Valente
¿Hacia dónde camina lento el aire que produce tu cuerpo,
el silencioso murmullo de la luz cuando enciendes tu gesto,
hacia dónde huye vaporoso el discurso de tus dedos
y se difumina el relieve de tu boca en el beso?
Dónde coloco el filón de tus versos que vuelven insistentes
a revolcarse en el lodo de mi memoria primigenia,
dónde asoma el tacto para sentir palpitar el corazón
del poema enterrado,
dónde siento tanto que duele,
dónde desapareces?
No eres tú vestido de tiempo
no es tu cuerpo inexistente,
ni tu gesto, ni son tus dedos
no es siquiera tu boca la que busco en mis labios, ni tu beso
no son ellos, tus versos, el poema enterrado,
no es el dolor... ni siquiera el consuelo,
nada es lo que es, ni lo que no es,
nada excepto esto.
ana
¿Hacia dónde camina lento el aire que produce tu cuerpo,
el silencioso murmullo de la luz cuando enciendes tu gesto,
hacia dónde huye vaporoso el discurso de tus dedos
y se difumina el relieve de tu boca en el beso?
Dónde coloco el filón de tus versos que vuelven insistentes
a revolcarse en el lodo de mi memoria primigenia,
dónde asoma el tacto para sentir palpitar el corazón
del poema enterrado,
dónde siento tanto que duele,
dónde desapareces?
No eres tú vestido de tiempo
no es tu cuerpo inexistente,
ni tu gesto, ni son tus dedos
no es siquiera tu boca la que busco en mis labios, ni tu beso
no son ellos, tus versos, el poema enterrado,
no es el dolor... ni siquiera el consuelo,
nada es lo que es, ni lo que no es,
nada excepto esto.
ana
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