ana
martes, septiembre 27, 2011
FARO DEL SILENCIO
Como a segundos, hay sílabas pesadas que se me traban entre los dientes, entre los labios, poco a poco se deshacen en nada y dejan un sabor postrero en mis palabras, a veces dulce- las menos-, a veces amargo o silente. Ese resto silencioso y cadente que desaparece como hilo de miel y nos ata a la inmortalidad, ese cordel de susurros prodigiosos que arranca del tumulto de sentimientos para llegar al centro del silencio. Es sin duda el letargo ansiado, el rincón oculto junto al manantial de las emociones, donde nos sentamos a escucharnos por dentro y bebemos del agua que no sacia, de la vida. Poco a poco, lo comprendo y entonces, callo...