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viernes, agosto 03, 2012

TERRIBLE, SUBLIME

En el castillo italiano de Duino, situado en el extremo más septentrional del mar Adriático, propiedad de la princesa María von Thurn, el 21 de enero del ya lejano año de 1912, el poeta Rainer Maria Rilke, mientras paseaba por el cercano acantilado camino de la orilla del mar, oyó y escribió la primera de las de Elegías que han pasado a la historia de la literatura universal con el nombre de Elegías Duino.




... Nos queda quizás algún árbol en la loma,
 al cual mirar todos los días;
 nos queda la calle de ayer y la demorada lealtad de una costumbre,
 a la que le gustamos, y permaneció, y no se fue.
Oh, y la noche, y la noche,
cuando el viento lleno de espacio cósmico nos roe la cara:
¿Para quién no permanecería aquélla, la anhelada,
 la tierna desengañadora, ahí, dolorosamente próxima al corazón solitario?
¿Es más suave con los amantes? Ay, ellos sólo se ocultan uno a otro su suerte.
 ¿Todavía no lo sabes? Arroja el espacio que abarquen tus brazos hacia los espacios que respiramos;
quizá los pájaros sientan el aire ensanchado con un vuelo más íntimo
. ...
 R.M.Rilke (1ª Elegía, Elegías de Duino, 1922)
. . . . . . . . . . . .

  Lejos,
aún escucho la voz guirnalda
que todo lo cubre
y me ahoga
entre sus flores malva.
Aún así,
este desierto no da para más
y escapo hacia el mar con la avidez de un cetáceo
ungiendo de claroscuros el borde de mis labios secos
y con la sed de quien  todavía no te ha besado.
Se pliega el dilema, doblado sobre mi mejilla
refrescando el silencio de la tarde de Agosto,
no desisto de tu piel desdoblando el poema que acumulo
tan dentro,
me hieren tanto los dedos que me impones.
ana

Un recuerdo: Kiss me! — ¿Quieres casarte conmigo? — ... estás loco, nos acabamos de conocer. No puedes ir pidiendo a todas las mujeres que besas que se casen contigo. — ¿Por qué no? Yo sólo beso a las mujeres con las que me casaría. Choose me (Alan Rudolph, 1984)