Imagen de la cabecera del blog: cuadro de la autora

miércoles, octubre 30, 2013

POESIA

Quisiera inventar el final del humo,
el intenso tapiz del amarillo perfecto
bordeando este mar nutrido de melancolía.
Caminar el remanso del blanco luminoso
cubriendo la vereda del silencio
para descubrir en la soledad,
el azul sublime del cielo.

Llegar al altar,  a la delicadeza,
al lugar donde la música se detiene,
se descalza y reza.
Sostener en mis manos, la suave ofrenda
de sus labios, su sonrisa y su beso
sostenido de luz,
cubierto de esperanza.

Algunas estrellas tienen suerte
y la luz siempre les alcanza.

ana


domingo, octubre 27, 2013

BÚSQUEDA

Esta luz de ahora, limpia y clara,
 que nombra el silencio
y recubre los secretos,
abunda en los pasillos de las manos
ocupadas en tanto alboroto.
Reporta inocencia y pasado de niebla
en el que la voz tiembla bajo el viento frío;
suenan los pasos alejándose
por el pasillo del espacio interno.
Busco en las paredes, en los gestos
las miradas olvidadas, los labios entreabiertos
busco la palabra, hilo de Ariadna del que tirar.
Busco en la libreta del consuelo, en el pozo negro
de la memoria sin fondo
busco la sombra de mi propio tiempo
busco mi sentido.
ana

miércoles, octubre 16, 2013

MIRTOS

Imagino como debe de ser:
beber el agua sin tocar el vaso,
comer los frutos sin mover las hojas
encontrar el silencio servido en bandeja
mientras los niños intentan sonreír
 sin dentadura.
Pienso en la mirada sencilla del campo
en la limpia palabra de quien nada espera,
en la luz que sacia y el silencio que llena
en los viejos que intentan no morir de pena.
Intento no tocar fondo mientras nos hunden,
no pisar el trozo pequeño de cualquier parcela
que alguien, con tiento, cubre con mirtos
para protegerse de la intemperie y de la gangrena.
ana


...
Mira la nieve humilde de la cima tutelar, 
donde se cierra el círculo
que se abriera en tu infancia,
donde se abre la noche del ser
en la luz que es más luz,
donde ya no hay preguntas
ni respuestas.
...
De "Signos en la piedra"
Antonio Colinas

miércoles, octubre 09, 2013

PARA MORIR

Muerto el verano,
apoya su cabecita de niño sobre cojines de seda blanca.
Velamos su muerte anunciada,
huelen las velas a tarde de sol y contraventanas cerradas.
Sentados bajo la sombra fresca de los abedules
el sol anuncia su fugaz huída,
duele la tarde y esta luz del sur
que aun se musita, palidece.
Ninguna sombra de este último día
nos consuela de tanta mentira,
ningún cielo nos tapará las piernas durante esta larga velada.
No consolará nuestra pena la música de las adormideras
porque caen rodando río arriba
los escombros de las estrellas.
ana