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miércoles, octubre 19, 2011

AGUANTA, AGUANTA, ESTOY A TU LADO.



Qué vacío tras las palabras,
qué intacta la piel que tocan
qué distintas la boca del poema
y la del amor.
Qué cortos los dedos de la mano
y qué rotos los besos del papel
tan lleno de bocas y labios ciegos.
Todos los versos se convocan
en lo eterno
hacia el sol, en el viento,
en el sueño,
en lo inmortal del Deseo.

Son esta hambre, esta sed...

Luego,
llegan...los brazos abiertos,
la sed y el hambre se calman,
el poema descansa
en un leve cerrar los ojos mientras cede
su silueta al amor
y al silencio.

ana