Imagen de la cabecera del blog: cuadro de la autora

miércoles, mayo 28, 2008

CASA-MVSEO SOROLLA

Eran las once de la mañana, después de cuatro horas de conducir, llegué a su puerta. Allí se erigía cual cueva dinástica de civilizaciones extinguidas, pero no era eso, era, fue, su casa.

Sus cuadros, sus cosas, su estudio, su jardín, su reloj de sol junto al banco de cerámica, su fuente, su estanque... trazos memorables de una mañana de sábado, de un día de Mayo, de un momento desgastado de tanto pensarlo.

Las horas pasaban masticando rostros apenas insinuados, me llenaron el alma de placer, al punto del estremecimiento. Mi piel se convertía lentamente en esponja y absorbía el aire, el efluvio de las olas y las playas, el azul de los cielos y los mares, el estático movimiento de sus telas, de su brisa, de su blancura de colores.

Sus pinceles derrotaban al cansancio y empapaban mis ojos con agua del Mediterráneo; en silencio, concentrando sus fuerzas desde lo alto, incitando al sol que entraba por el lucernario.


Clotilde vigilaba su casa desde todos los rincones, el hogar, dilatado, ante las guirnaldas y hiedras que sombrean el patio.


Ella velaba en la distancia, la complicidad de la vida cotidiana y de familia que allí dentro quedó, pintando las paredes de dulce de fruta y de silencios de tarde desaparecidos para siempre.



Las mareas de espíritu mediterráneo inundando las paredes, los rostros disipados, las muecas grabadas en el tiempo, aprendidos paisajes, familiares cuerpos de niño y balandro surcando orillas de infancias eternas. Parasoles y siglos de trabajosos oficios, pescadores de recuerdos en el exilio de un nostálgico mar de Sorolla en el centro de Madrid.

ana

...Llueve la luz,
y sin aviso
ya es una ninfa fugitiva
que el ojo busca clavar viva
sobre el espacio más preciso...

Rafael Alberti, "A la pintura"(Poema del color y la línea)


http://www.mcu.es/museos/CE/MuseosEstatales/Arquitectura/Sorolla.html