Hoy, 21 de marzo, equinoccio de primavera, día mundial de la poesía, como si el año no tuviese 365 días mundiales de la poesía, hoy, a las nueve de la mañana, como en su poema sobre la muerte de la rosa, ha muerto en su cama y en su pueblo, un gran poeta del cine mundial, de la narrativa, de la poesía, un Leonardo, un Ulises, un genio: Tonino Guerra. Tonino Guerra, hombre de letras conocido por sus trabajos de guionista, novelista y poeta, falleció el pasado miércoles a los 92 años, en su domicilio de Rimini, en Italia. Cooperó con grandes directores del cine europeo y americano, como Federico Fellini, de quien fue estrecho colaborador, los hermanos Taviani o el estadounidense Soderbergh.
Entre sus proyectos más célebres figuran Matrimonio a la italiana dirigida por Vittorio de Sica; Crónica de una muerte anunciada, por Francesco Rosi; o Mas allá de las nubes de Wim Wenders o Amarcord (a m'acord) de Fellini. Sus trabajos en la gran pantalla dieron a la luz seis Oscars y una Palma de oro en el Festival de Cine de Cannes. Fue igualmente nominado varias veces y se llevó también, en cuatro ocasiones, el David de Donatello. Su último guión data de 2008, El polvo del tiempo dirigida por Theo Angelopoulos.
Guerra, enfermo desde hacía algunos meses, nació en Santargangelo di Romagna (1920) fue profesor de escuela hasta que, durante la II Guerra Mundial los nazis le deportaron a un campo de concentración, fue allí donde dio rienda suelta a su vena literaria. A partir de aquí, su carrera se relanzó. Para él, no existían grandes diferencias entre escribir poesía y guiones, solía decir en sus entrevistas que ambas llevan a lo mismo, la creación de imágenes mentales.
Tenía un carácter abierto y jovial. Era una persona extraordinaria que puso su granito de arena en todo un siglo de cultura italiana. Las palabras del ex alcalde de Roma y el fundador internacional de cine de la capital italiana dicen textualmente “Perdemos a un poeta, un gran genio y un hombre increíble”.
CANTO 32, Libro de poemas "La miel"
Hará unos veinte días puse una rosa en un vaso
encima de la mesita que hay junto a la ventana.
Cuando vi que los pétalos se habían marchitado
y que estaban a punto de caer
me senté frente al vaso
a ver morir la rosa.
Estuve un día y una noche esperando.
El primer pétalo cayó a las nueve de la mañana
y lo hizo en mis manos.
Nunca he estado junto a un lecho de muerte,
ni siquiera cuando murió mi madre.
Yo estaba de pie, lejos, al final de la calle.
También yo suelo estar lejos cuando mueren mis padres, uno a uno, como los pétalos de tu poema. Ciao, Tonino, grazie di tutto y hasta siempre desde Atenas, desde la tierra de Ulises que tú tanto amabas. Juan Vicente Piqueras, poeta y traductor de la Poesía Completa de Tonino Guerra (ed. Universidad Popular de San Sebastián de los Reyes).
"Ahora vea usted cómo son las cosas en este teatro.En este teatro donde una vez el grandísimo cronopio Nijinsky descubrió que en el aire hay columpios secretos y escaleras que llevan a la alegría"
Julio Cortázar
...¡Mala suerte! Otras me arrastrarán hacia la dicha
con su trenza anudada a los cuernos de mi frente:
sabes, pasión mía, que púrpura y ya madura,
cada granada estalla con murmullo de abejas;
y nuestra sangre, prendado de quien va a cogerla,
brota por el eterno enjambre del deseo.
A la hora en que este bosque se tiñe de oro y de cenizas.
Una fiesta se exalta en el follaje apagado:
¡Etna! es a tu alrededor visitado por Venus
En tu lava posando sus talones ingenuos,
Cuando retumba un sueño triste donde se extingue la llama.
La visión de aquella figura viviente, tan delicada y tan varonil al mismo tiempo, con sus rizos húmedos y hermosos como los de un dios mancebo que, saliendo de lo profundo del cielo y del mar, escapaba al poder de la corriente, le producía evocaciones místicas, era como una estrofa de un poema primitivo que hablara de los tiempos originarios, del comienzo de la forma y del nacimiento de los dioses.Aschenbach escuchaba con los ojos cerrados aquel canto que renovaba en su interior, y pensó, una vez más, que allí se encontraba bien y que se quedaría... {1}"Porque la belleza, Fedón, nótalo bien, sólo la belleza es al mismo tiempo divina y perceptible. Por eso es el camino de lo sensible, el camino que lleva al artista hacia el espíritu. Pero ¿crees tú, amado mío, que podrá alcanzar alguna vez sabiduría y verdadera dignidad humana aquel para quien el camino que lleva al espíritu pasa por los sentidos? ¿O crees más bien (abandono la decisión a tu criterio) que éste es un camino peligroso, un camino de pecado y perdición, que necesariamente lleva al extravío? Porque has de saber que nosotros, los poetas, no podemos andar el camino de la belleza sin que Eros nos acompañe y nos sirva de guía; y que si podemos ser héroes y disciplinados guerreros a nuestro modo, nos parecemos, sin embargo, a las mujeres, pues nuestro ensalzamiento es la pasión, y nuestras ansias han de ser de amor. Tal es nuestra gloria y tal es nuestra vergüenza. ¿Comprendes ahora cómo nosotros, los poetas, no podemos ser ni sabios ni dignos? ¿Comprendes que necesariamente hemos de extraviarnos, que hemos de ser necesariamente concupiscentes y aventureros de los sentidos?..." ....La playa presentaba un aspecto desagradable. Sobre la ancha y plana superficie de agua que separaba la playa del primer banco de arena, se rizaban estremecidas y tenues olas que corrían de delante hacia atrás. Otoño y decadencia parecían abrumar al balneario días antes animado por tanta profusión de colores, y en aquel instante ya casi abandonado, tanto que ni siquiera la arena estaba limpia. Un aparato fotográfico, cuyo dueño no apareció por ningún sitio, descansaba junto al mar sobre su trípode, y el paño negro que habían echado sobre él flotaba al viento... ...su figura se deslizaba aislada y solitaria, con el cabello flotante, allá por el mar, a través del viento, hacia la neblina infinita. Otra vez se detuvo para contemplar el mar. De pronto, como si lo impulsara un recuerdo, bruscamente, hizo girar el busto y miró hacia la orilla por encima del hombro. El contemplador estaba allí, sentado en el mismo sitio donde por primera vez la mirada de aquellos ojos de ensueño se había cruzado con la suya. Su cabeza, apoyada en el respaldo de la silla, seguía ansiosamente los movimientos del caminante. En un instante dado se levantó para encontrar la mirada, pero cayó de bruces, de modo que sus ojos tenían que mirar de abajo arriba, mientras su rostro tomaba la expresión cansada, dulcemente desfallecida, de un adormecimiento profundo. Sin embargo, le parecía que, desde lejos, el pálido y amable mancebo le sonreía y le saludaba.
La muerte en Venecia, 1913 Thomas Mann {1} (Parafraseando a Platón, en "Fedón", uno de sus "Diálogos")
Vi, esta película de Luchino Visconti, cuando era una adolescente. Me cautivó todo de ella, su música ( Adagietto, 5ª Sinfonía. Canto de la contralto del IV movimiento de la 3ª Sinfonía, de Gustav Mahler) que se convirtió a partir de entonces en la banda sonora de mi vida, su fotografía, su cadencia, su tema, su delicada pincelada que consigue llegar al punto exacto y allí hace sonar todos los sentidos posibles, componiendo una melodía que hace temblar mi alma.
Tiembla el aire caliente que asciende de la humeante arena
verano de lento transcurrir, el acento lejano en armoniosa cadencia,
el nauseabundo olor, la belleza que se adentra en un mar en calma,
David entre la bruma húmeda y salada, lejano y distante, sueño que se escapa,